Open Windows

Una deslumbrante genialidad. Nacho Vigalondo demuestra en su tercer largometraje tras Los cronocrímenes y Extraterrestre que posee una desbordante imaginación y grandes cualidades cinematográficas. La valentía y la originalidad son dos de esas virtudes que quedan magistralmente reflejadas en Open Windows, la cinta que nos ocupa. La película, estrenada este pasado viernes y calificada por algún crítico como La ventana indiscreta del siglo XXI, es una propuesta sugerente y rompedora, tanto en el apartado técnico como en la trama, tal vez algo rebuscada, pero realmente entretenida y con cierto mensaje de fondo.

Para empezar, no hablamos de una película convencional. La pantalla del cine refleja lo que ve un usuario de Internet en su ordenador portátil. Así, el espectador observa varias ventanas abiertas (de ahí el título del film). Es una presentación muy original, hija de la tecnología que domina cada vez más nuestras vidas, aunque con algunas concesiones de ciencia ficción que, en todo caso, no resultan inverosímiles y contribuyen a reforzar el mensaje de la película. El primer acierto de la cinta es, pues, su rompedora presentación. Varias pantallas, cámaras que se mueven, móviles, ordenadores... El cine, como nunca se ha visto, o casi. Integración de las nuevas tecnologías y las nuevas pantallas en el séptimo arte. Entran avasallando, descomponiéndolo todo. Muy innovador y pionero.

Una reflexión sobre el cine, un giro a lo que tradicionalmente es este medio. No pocos puristas se llevarán las manos a la cabeza ante esta propuesta original y osada. Sin embargo, creo que Open Windows es aire fresco, novedoso y necesario "artificio" de Vigalondo, aunque sea sólo un experimento atrevido. Acaso no son estos grandes aportaciones al cine. Los llamados nativos digitales, quienes tienen integradas las nuevas tecnologías en su vida diaria, se verán particularmente zarandedas por esta cinta.

La originalidad de la propuesta de Vigalondo, pues, es quizá el logro más llamativo y elogiable de la película. Pero hay más. La reflexión que deja la cinta, sobre lo que no conviene anticipar más de la cuenta, es muy lúcida. Trata sobre esta invasión tecnológica que nos rodea y a la que abrazamos con entusiasmo. No, no es muy amable ni optimista el mensaje de fondo de Open Windows. Más parece un necesario toque de atención. Sí, es una historia radical y fantasiosa, pero es muy potente la reflexión sobre esta sociedad, a veces, tan informatizada como idiotizada. Mensaje provocativo y sugerente. 

La cinta se centra en la historia de una actriz famosa y reconocida mundialmente. Un fan de la artista gana un concurso para conocerla en persona y cenar con ella pero, de repente, el premio se anula. Un misterioso personaje contacta con él a través de su portátil y le da al fan la posibilidad de acceder a la intimidad de su actriz preferida, desde su móvil hasta su portátil. El espionaje, en el que el joven se ve envuelto casi sin darse cuenta, en el que se deja llevar, se complica. Y mucho. Nada es lo que parece, y eso que ya parece desde el inicio todo muy extraño e inquietante. Hackers, perversas intenciones, amenazas, violencia, secuestros... Un trhiller apasionante, trepidante, que no da un respiro.

Funciona la película como trhiller, convence su original presentación con las distintas pantallas, atrapa la fascinante reflexión que realiza sobre las nuevas tecnologías, sobre nuestra sociedad en su conjunto y, en suma, resulta de enorme interés por distintos factores. Creo que no flojea por ningún flanco y que mantiene la tensión y la capacidad para asombrar al espectador. Sí, vista desde el final, y aunque todo encaja en la trama, esta resulta terriblemente rebuscada. Endiabladamente rebuscada, incluso. Pero es una cinta muy entretenida, también por esa resolución sorprende en la que todo cuadra.

Termino con una queja que es ya habitual. Los tráilers de las películas enseñan demasiado. Como no quiero destripar la historia, algo que a veces parece preocupar poco a las distribuidoras, no detallaré demasiado sobre la escena que se encuentra incomprensiblemente en el tráiler. Sólo diré que sale muy al final, es una de las mejores de la película y que en ella se habla sobre visitas de internáutas a una web donde se ve un vídeo morboso. Escena capital en la cinta. Las interpretaciones, por lo demás, cumplen. Por cierto, los actores de su anterior película  y el propio Vigalondo interpretan pequeños papeles en la cinta. Una muy interesante y original película de Nacho Vigalondo. Rara. Deliciosa y atrevidamente rara.

Comentarios