Perito Moreno

El primer lugar desde el que se contempla la cara sur del Perito Moreno tras entrar en el Parque Nacional de los Glaciares se llama el Mirador de los Suspiros. No hace falta explicar por qué. Esa primera visión, que no es ni la más espectacular ni las más cercana de las que poco después se podrán disfrutar, deja al visitante en un estado de shock permanente, totalmente abrumado, que durará horas y, gracias al recuerdo y las fotos, toda una vida. Es asombroso, fascinante, increíble. Para quien nunca antes ha visto un glaciar, esa vista, esa gran masa azul, sí, porque con la luz reflejada intensamente sobre el glaciar es realmente azul de un azul intenso, es algo inconcebible, portentoso, inaudito, inconcebible tanta belleza natural, tales dimensiones. 


El Perito Moreno no es el glaciar más grande de los que componen este parque natural en el sur de Argentina, sino el tercero, pero sí el más famoso y el más visitado por tres razones. En primer lugar, es el único glaciar de la zona en equilibrio, es decir, que pierde con los desprendimientos la misma cantidad de hielo de la que recupera. Es algo que ocurre en pocos glaciares hoy en día, debido al calentamiento global. De hecho, lo primero que piensa uno ante el imponente Perito Moreno es que toda esta belleza, todo este paraíso natural, y tantos otros similares, están en riesgo por el cambio climático. La segunda razón por la que el Perito Moreno es el glaciar más famoso de la Patagonia es que es el que tiene más fácil acceso. Por último, en tercer lugar, en él se da un fenómeno peculiar y poco frecuente, el de la ruptura, que consiste en la formación de un dique de hielo natural entre el llamado Brazo Rico y el Río de los Témpanos, que termina rompiéndose de forma irremediable. La ruptura no tiene una periodicidad concreta. La última se produjo en marzo de este año. 

A falta de la ruptura, que debe de ser un espectáculo fascinante, uno pudo contemplar algunos desprendimientos del glaciar. Ruido intenso, una gran masa de hielo cayendo, flotando en el agua, después, formando los témpanos o icebergs que rodean el glaciar. Imponente. Hay distintos ángulos desde los que se puede presenciar el Perito Moreno. La cara sur, la misma que se contempla desde el bien nombrado Mirador de los Suspiros, es también la que se observa desde el barco, en una navegación sensacional que se acerca a unos 300 metros del glaciar, sorteando esos bloques de hielo desprendidos. Otro mirador del Perito Moreno se llama velo de novia, pues tal parece la figura del glaciar desde allí, con una altura de hasta 40 kilómetros desde el lago. 

Aún es más impresionante la vista que ofrecen las pasarelas que circundan el glaciar, pues desde se puede hacer el visitante una idea de las dimensiones del Perito Moreno, siempre aproximada, pues son realmente desbordantes, imposibles de concebir. Los paseos por las diferentes pasarelas que bordean el Perito Moreno impiden cerrar la boca por el asombro y la fascinación durante todo el trayecto, de una hora y media, aproximadamente (descontando los ratos en los que uno se para a hacer fotos o sencillamente a contemplar y guardar en la memoria tanta belleza, tal espectáculo natural). 

El nombre del glaciar se debe a Francisco Moreno, un científico y explorador que también fue conocido como Perito Moreno, ya que él recibió el encargo por parte de Argentina de dirimir las disputas sobre las fronteras y la soberanía en las tierras de la Patagonia con Chile. Este país está realmente cerca del Parque Nacional de los Glaciares (es limítrofe en algún punto). De hecho, se pueden contemplar en el camino desde El Calafate hasta este parque las Torres del Paine, ya en el territorio chileno. La superficie total del parque y de la reserva nacional, pues además de los glaciares se preserva allí la fauna y la flora propia de esa climatología tan adversa y dura, es de 724.000 hectáreas. En 1981, la Unesco declaró el Parque Nacional de los Glaciares Patrimonio Mundial de la Humanidad. 

Las formas caprichosas y siempre cambiantes de los glaciares impresionan. No sólo en el Perito Moreno. El mayor glaciar del parque es el Upsala, que puede contemplarse en una excursión, llamada Ríos de Hielo, en la que se recorren otras partes de este espacio natural. Su nombre procede igualmente de su descubridor, de las primeras expediciones científicas que recorrieron estas aguas. Quien bautizó el glaciar Upsala fue Klaus August Jacobson, científico sueco que acompañó a Perito Moreno en sus expediciones. Upsala es el nombre de su universidad, donde realizó sus estudios. La extensión del glaciar Upsala es de 765 kilómetros cuadrados, y su longitud es de 53,7 kilómetros. A diferencia del Perito Moreno, está en retroceso. Según nos explicaron, ha perdido 10 kilómetros en los últimos 37 años. Y sigue bajando. 

En esta ruta, que transcurre por el Lago Argentino, de origen glaciar, el tercero más grande de América Latina, antes de pasar por los canales de los distinto glaciares, también se contempla el Glaciar Spegazzini, que es el más alto del parque y al que más se acerca el barco. Un espectáculo también fascinante es el que ofrece esta inmensa masa de hielo cuyo nombre homenajea al botánico Carlos Luis Spegazzini, el primero que estudió la flora de este asombroso lugar. El glaciar es limítrofe entre Argentina y Chile. 

La ciudad de entrada al Parque Nacional de los Glaciares es El Calafate, una localidad pequeña, de casas bajas, repleta de hoteles, pero todos ellos chiquitos, como casas rurales. Un contraste enorme viniendo de Buenos Aires, gran ciudad. Un espacio idílico, tranquilo, con el trinar de los pájaros como único despertador por la mañana. Su paisaje, desértico, deja claras las muy adversas condiciones climatológicas de la zona. El Calafate, conocida también simplemente como Calafate, está bañado por el Lago Argentino. Tiene unos 25.000 habitantes y su nombre se debe a un arbusto que da un fruto que se emplea, entre otros fines, para elaborar jabones naturales. Dice la tradición que si se prueba el fruto del Calafate, se vuelve a la Patagonia. Así que es imprescindible probarlo, como dicen allí, por si las dudas, para poder regresar a este rincón fascinante del mundo. 

Mañana: Iguazú. 

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